
Nunca se habla de Spike Lee. Siempre se le tiene por un broncas y un tío que solo hace películas de negros para negros. No puedo estar más en desacuerdo. Spike Lee es un tío de un talento desbordante que, en infinidad de veces a lo largo de su carrera, ha hecho quizá no lo que tendría que haber hecho y sí lo que le ha dado la gana (
Crooklyn,
La marcha del millón de hombres...) y eso ha provocado la falta de interés por él.
Sin embargo, qué otro cineasta podría haber hecho películas como
Malcolm X o
Fiebre salvaje. Si él no hubiera estado ahí para contar esas historias, ni John Singelton las hubiese contado.
Lee tiene una gran época que es el final de los 80 y principio de los 90, cuando firma sus mejores películas. Dio el gran salto con
Haz lo que debas, a día de hoy su mejor película muy posiblemente. Ya comentamos en su día
la polémica surgida con esta película que habla, obvio en Lee, de los conflictos raciales en un barrio neoyorquino. El que no mueva los pies con su secuencia se créditos es que no tiene corazón:
En los últimos años ha abandonado su cruzada racial por los
thrillers, algunos como
Plan oculto no están nada mal y dan cuenta de que el tío sabe hacer las cosas.
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