Fue un auténtico privilegio ver el otro día en el cine - y en proyección digital - La naranja mecánica. ¿Para qué voy a hablar de la calidad de la cinta? A pesar de que sé que Kubrick ostenta numerosos detractores, no me molestaré en defenderla, pues se defiende ella sola.
Sí que hablaré en cambio del lenguaje cinematográfico de Kubrick y la estereoscopia. ¿Qué tienen que ver? Más de lo que parece a simple vista. No es casual que, en mi caso, tras muchos años de veneración por Kubrick y su modo de hacer, encuentre ahora refugio en el 3D. No me gusta el 3D porque es nuevo, ni porque está de moda, ni porque sea la hostia. Me gusta el 3D porque es un lenguaje que entiendo y que admiro desde que supe que dedicaría mi vida a esto de filmar.
Cuando pienso en cómo rodar algo, el lenguaje estereoscópico - todavía en bragas - me traslada a lenguajes similares en 2D como el de Orson Welles o John Ford, pero es quizá en Kubrick donde encuentro un mayor acercamiento. Hay en Kubrick una aproximación verdadera y enfática de lo que se puede explorar con el 3D, en sus planos con grandes angulares, situando la cámara muy cerca del actor, pero dando relevancia al resto de elementos de la escena; así como en sus largos travellings siguiendo a los personajes; en la definición de los espacios; en - por supuesto - el tempo de la película y el ritmo de lectura de los planos; en la disposición de la cámara en contrapicados que, a veces, hacen parecer que el actor sale de la pantalla...
Ya he dicho con anterioridad que de haber existido la tecnología estereoscópica actual, Kubrick habría rodado 2001 así. No creo que solo 2001, creo que todas sus películas. Viendo La naranja mecánica en pantalla grande y con un grado de detalle absolutamente apabullante, se aprecia mucho más lo que digo, y es que a mi no me gusta el 3D ahora, como por casualidad y por eso digo estas cosas. No hablo del 3D como mucha gente lo entiende: un ente abstracto que no es más que un efecto especial más para vender palomitas. No lo creo y afirmo con total rotundidad que la estereoscopia es un nuevo lenguaje cinematográfico y audiovisual y que, sus bases, siempre han estado ahí. Yo he volcado toda mi fuerza en el 3D porque es algo con lo que he convivido siempre y la forma de contar de Kubrick me lo deja claro: Me gusta el 3D porque me ha gustado desde siempre Kubrick. No es casualidad.
Sé que muchos no verán estas apreciaciones y por muchas veces que vean La naranja mecánica no verán el 3D por ninguna parte. Eso es porque piensan en cosas saliendo de la pantalla. Cuando es lo último que hay que pensar.
El 3D es profundidad, en todos los sentidos.
2 comentarios:
es la primera vez q leo una defensa artistica sobre el 3-D... es para pensarlo...
que envidia q hayas visto la Naranja en pantalla grande... justamente ayer estab reviendo Eyes wide shut, me encanta...
las proezas estilisticas de Kubrick no me asombran... un grande de verdad... salu2
muchas gracias por sus palabras! Cómo no engrandecer el nombre de Kubrick
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