miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pínchame

Lo de pinchar música en garitos - ser DJ, vamos - es una cosa curiosa. Ayer estuve pinchando en El Zorro, hacía mucho que no pinchaba y desde luego hacía mucho que no era así.

Allí han transcurrido noches memorables en las que las camareras se subían en la barra y hacían el Angus y en las que, fuera, en la puerta, había cantidad de gente llamando a sus colegas para que vinieran. Por la música. Sencillamente.

Durante el otoño/invierno de 2007 viví situaciones así los jueves y los sábados y hasta ayer no volvió a repetirse del mismo modo. No pocas personas se acercaron ayer a felicitarme y a decir cosas como "me has alegrado la noche, tío. De puta madre". Eso es una satisfacción tremenda. Algunos salieron a llamar a sus amigos, y hasta un grupo se fue a otro bar, donde estaban sus colegas, y se los trajeron de vuelta. Ver a la gente levantar los brazos y gritar y a la siguiente canción que hagan lo mismo y a la tercera que metes que vengan y te lo agradezcan es suficiente para irte a dormir contento y para darte un con un canto en los dientes.

Existe un momento de conexión entre el pincha y el público, ese momento es mágico: cuando tú pones lo que sientes y la gente lo aplaude, porque siente lo mismo. Porque conectáis, porque estáis en el mismo momento...

Hay noches irrepetibles, ¿verdad?

No hay comentarios: