martes, 9 de junio de 2009

Corrupción en Aragón

No, no. No van los tiros ni por La Muela ni nada por el estilo. Aragón TV ha hecho algo digno de mención: a partir de hoy se podrá ver a diario durante el verano las 5 temporadas de Corrupción en Miami.

¡Ooooh! Seguro que muchos se echan las manos a la cabeza. ¡Allá ellos! Afirmo con rotundidad que Miami Vice es mi serie predilecta de la historia de la TV y que hoy día se deja ver con bastante elegancia. Sí que ha pasado el tiempo para muchas cosas, sobre todo para las que la gente les repele: moda masculina. Pero creo que precisamente ahí está la gracia. En la horterada a todos los niveles que es la serie.

Que un poli viva en un yate, tengo un cocodrilo que se llame Elvis, conduzca un Ferrari de toma pan y moja, sea un poli encubierto y encima se llame Sonny Crockett me parecen razones suficientes para no despegarte de la pantalla.

Yo tengo las 5 temporadas en DVD y he de decir que he disfrutado como un chaval de todas ellas. Hay momentos epsecialmente memorables, como ese espisodio protagonizado por... ¡Phil Collins! que interpreta a un estafador de tres al cuarto o ese en que ¡Miles Davis! hace de proxeneta Hay muchos otros cameos de gente que, entonces, eran unos don nadie (Bruce Willis, Julia Roberts, Helena Bohan-Carter...) y otros con un variopinto reparto de caras conocidas de los ochenta.

Entre los directores hay de todo, desde televisivos insufribles hasta Abel Ferrara. Y, en la parte técnica, un director de fotografía mayúsculo como Oliver Wood haciendo sus pinitos. Debra Feuer está estupenda y Edward James Olmos se sale.

La mejor temporada es sin duda la tercera. La cuarta languidece (a pesar de ser la mar de interesante) y la quinta flojea mucho. Pero, sin lugar a dudas, todas conservan lo mejor de la serie: su atmósfera. Ese rollito florida-hortera-pantanos-trópico que hace que te enganches.

Esta tarde es el primer episodio. El arranque, con Miss you de los Stones es prodigioso. Sin todo eso yo no habría hecho Noches Rojas. Solo por la selección musical de toda la serie merece la pena. La sintonía ya te teletransporta a cuando eras chaval.

No os lo perdáis.

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