Hace poco, en las primeras páginas de un libro de Norman Mailer, me encontré esta cita de Edwin Arlington Robinson: Hay errores tan monstruosos, que no es posible arrepentirse de ellos...
Creo que, a partir de ese día, ha empezado a encabezar mi lista de sentencias y, porqué no, también mi forma de afrontar la vida y la bebida. Sí, sí, sí, toda una declaración de principios para acercarse a La Redención.
¿O en el fondo no es más que auto compasión...? Hmmm
Sea como sea, el amigo Edwin dice unas muy sabias palabras que, quien no haya cometido una Atrocidad (así, con mayúsculas), jamás logrará entender. Y es que es verdad, que tras cometer un crimen enorme, la sensación de no poder hacer nada por remediarlo pesa como una losa... Pero, momentos de lucidez como éste pueden significar, de repente, un nuevo horizonte, si no lleno de esperanza, sí con nuevas vistas.
P.D.: Esta cita ha desbancado al segundo lugar a mi favorita hasta ahora, como no de Hunter S. Thompson: War is good business.
El que no vea la ironía, es que no ve nada.
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