jueves, 4 de febrero de 2010

Luz (vol. 1)

Esta es Luz. O lo que es lo mismo, Andrea Dueso.

Yo vi a Andrea por primera vez en el corto de Julio Mazarico Quédate conmigo. La verdad es que es difícil describir la emoción que me produjo verla en la pantalla: Su naturalidad me dejó pasmado. Hay un momento, que dice una frase con una tremenda inocencia y, al mismo tiempo, con una culpabilidad igual de grande. Cuando vuelvo a ver la escena del supermercado, no puedo evitar sonreír emocionado. En esos días, yo andaba peleándome con el guión de Luz, el cual llevaba dos años dando vueltas en mi cabeza sin memorables resultados. Esa noche, sin saber muy bien porqué ni preverlo, la interpretación de Andrea resolvió todas mis dudas, como un acertijo que llevase tiempo esperando a ser resuelto.

No solo fue que Andrea me dejara claro que ella era Luz, sino que de algún modo que todavía no sé explicar, logró que la historia tomara la forma definitiva que le hacía falta. Así que si Luz existe hoy día es gracias a ella.

Ya hemos comenzado con largas charlas, construyendo el personaje y, sin ir más lejos el otro día le saqué la foto - así, de improviso - que encabeza este post, mientras hablábamos con David Sancho en su casa (la cual será la casa de Luz). No solo es que Andrea, poco a poco, se parezca cada vez más a Luz, es que Luz es cada vez más Andrea. O como ella misma diría, actúa con sus propios gestos.

Para mí es una auténtica suerte contar con ella y con un reparto y un equipo tan entregado que, de un modo que no me esperaba, me están devolviendo algo que hacía mucho tiempo que se había esfumado: la ilusión por hacer cine.

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