Después de muchas vueltas, agonías y allegros ma non troppos está en la red (y en móviles, claro) el reality de Bustamante Uno de los nuestros, el cual servidor realizó y levantó, con la inestimable ayuda del amigo Víctor a la edición y a resolver los imposibles. Al sonido, otra Rata conocida, el gran Sergio López-Eraña, mago del sonido que hizo y deshizo entuertos con más paciencia que un santo y logró que donde no había, HUBIERA. Nuestra amiga Tirma escribió el guión y además, hicimos nuevos amigos como Jordi Cruz, presentador de la movida y un tío de puta madre; y cómo no, Kike Santiago, operador de la serie y auténtico Rata por derecho propio, menudos días con sus noches que hemos vivido...
No he encontrado la movida en su web oficial (bustamanteunodelosnuestros.com), ni en youtube, ni nada parecido, supongo que es cuestión de tiempo. De momento, solo he logrado verla en msn videos, dejo aquí en link.
Colgar esta noticia aquí, me provoca sentimientos encontrados (ninguno malo hacia el artista de todo, Bustamante, claro está. Es un tío cojonudo), sin embargo la producción de este reality se extendió durante seis meses (languideciendo, incluso) y está poblado de recuerdos turbulentos. Pero como en esta humilde página preferimos quedarnos con los buenos recuerdos (así de gilipollas somos, mire usted) solamente haremos memoria de hechos históricos.


Como decía, solamente haremos memoria de hechos históricos, como la primera noche en Zaragoza, donde Sergio y yo estuvimos tirados en una acera hasta las 6 de la mañana, declarándonos nuestro amor, haciéndoselo saber incluso a la Policía Local. Y cómo no recordar a Kike y a Pablo (sustituyendo ese día a Sergio) subidos en el tirachinas de las ferias de aquel sitio de kinkis (en la foto). Y su risa que se escuchaba in crescendo a medida que se acercaban a tierra...





Eso en cuanto al rodaje, pero si este verano pasado ha sido grande por algo, fue por la postpo. Víctor y yo, dos Ratas, haciendo Hunters de nuevo. Es un reality y eso, a muchos de los que me tienen ganas, les dará razones para decir lo mal que hago las cosas o cómo voy perdiendo fuelle o váyase a saber usted qué. Aunque muchos de ellos me encantaría que dijeran DE VERDAD cómo se ganan la vida, que si queremos aquí todos somos filmmakers. Pero a lo que iba, que Víctor y yo vivimos unos cuantos meses en ese cuarto de las conspiraciones que era la sala de postproducción, donde logramos cambiar el cartel de la puerta por el de "Sala de prostitución" y logramos esa máxima del "Terrorismo Audiovisual" que es atentar con pequeñas dentelladas al mal y al capital. Quiebros coreanos les llama Víctor y tiene todo el derecho, que para eso es su máximo inventor.

Visto ahora, el reality me parece a diez mil años luz de mi, pero significó una etapa en sí misma donde ganamos mucho y, posiblemente, perdimos más, pero que a fin de cuentas, nos hizo estar a cada uno donde estamos y donde vamos. Visto ahora también, me sorprende cómo pudimos meter tantos goles.
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