Hace ya unas semanas que se murió este gran señor y quería haber escrito algo significativo de él. Como veo que eso no va a ocurrir ni a hostias, ya que la postproducción de Road to Wacken y el inminente rodaje de La culpa aprieta más gatillos no me dejan ni respirar, dejo como muestra de cariño y admiración ese breve encuentro en la Filmoteca Española donde pude estrecharle la mano y lograr que estampara su firma en el libro Moteros tranquilos, toros salvajes. A él no le hizo mucha gracia, sobre todo porque reconoció el libro y no creo que un libro en el que a ti y a tus colegas os pongan a parir guste demasiado. Lo que sucedió entonces, que ahora parece lejanísimo, se puede leer aquí.
Y de paso, esa gran escena de la fiesta de esa película enorme que es La jauría humana (a partir del minuto 6). Nacho, deberías darle otra oportunidad, es un peliculón.
1 comentario:
Me quedo con Bonnie and Clyde. Para jaurías prefiero la de Perros de paja.
Salute!
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