Hay un momento de La escopeta nacional en la que Luis Escobar repasa un álbum en el que en vez de fotos hay recortes de necrológicas. Él, sin atisbo de culpa, dice: "Mirálos, cómo caen. Todos amigos... ¡y todos muertos!". Y, por lo que sea, de esa no nos escapamos ninguno, incluso los grandes.
Con la muerte de Berlanga yo me quedo como con el final de El Verdugo, pensando: "pero ¿es que no se dan cuenta de lo que pasa?".
Adiós al Imperio Austrohúngaro...
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