En 1961 Val del Omar regresa a tierras gallegas, a las que ya había acudido como misionero, y comienza el rodaje de Acariño galaico (De barro), su elemental inicialmente dedicado al aire; tras un encuentro con el enigmático escultor Arturo Baltar, el proyecto evolucionará hacia convertirse en el elemental del barro, la fusión del agua con la tierra. Val del Omar retomará intermitentemente el proyecto en años posteriores, con el objetivo de integrarlo dentro de su fresco cinematográfico Tríptico elemental de España.
En 1981, un año antes de su muerte, retomó el montaje, aunque la película quedó finalmente inconclusa, tal vez, como apunta el investigador Rafael R. Tranche, por la propia voluntad expresa de Val del Omar de no cerrar su obra. La película es terminada por Javier Codesal bajo la supervisión técnica de Rafael R. Tranche, siguiendo un copión de vídeo casi definitivo y los sonidos grabados e indicaciones manuscritas que había dejado Val del Omar para la elaboración del montaje de la banda sonora.
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