sábado, 22 de diciembre de 2007

En las minas del rey…

Salomón es el último corto del amigo Nacho Lasierra. Ayer se estrenó. Yo estoy un poco de vuelta de esta clase de saraos, porque siempre hay tensiones y compañías que no quisieras frecuentar, sin embargo, no se le deja plantado a un compañero y, además, la cosa estuvo realmente bien.

Nacho y yo no compartimos nada en lo cinematográfico, somos diametralmente opuestos en concepción, lenguaje, estética e ideas. Ya no sólo al realizar algo, también al ver cine (¡¡no le gusta La jauría humana, virgen santísima!!), pero aunque sean distintos nuestros sentidos cinematográficos, amamos el cine. Eso se nota cuando hablas con Nacho. Aunque no coincidas, notas cuando a alguien le gusta el cine de verdad. Nacho no es uno de esos pelagatos que “les gusta el cine” para presumir – no sé de qué – ni los que se las dan de “trabajo en el cine” para presumir – no sé de qué –. Además de todo eso, le quiero como a un primo que ves de cuando en cuando o algo así, ya que su madre, Aurora, es también como de mi familia.

Y por eso, como pasa siempre con estas cosas, la parcialidad se cierne como una espada de Damocles sobre las opiniones. Ya se sabe, donde hay confianza, da asco. Por eso tenía algo de miedo antes de ver el corto, ya que el tráiler me había dejado insatisfecho y no tenía ninguna gana de decirle a Nacho que el corto no me había gustado. Sin embargo, el corto es auténticamente bueno. Por eso me alegré enormemente – sí, sé que a veces no lo demuestro como debería – cuando acabó la proyección y el corto me había emocionado. Lo mejor de Salomón, es que es una vuelta de tuerca al cine social. Ya quisieran los León de Aranoa del mundo pensar en esos términos. Lo que yo temía por el tráiler es que fuera una muestra más del cine rancio de este país de abuelos racistas insultando a negros. Estoy harto de eso, sinceramente. Pero Salomón es todo lo contrario. Se adentra en un terreno peliagudo y lo salva con creces. ¿Cómo? Pues con un guión sólido.

Empezar un corto con un premio que te da pasta para realizarlo es un buen empujón. Ese premio fue al mejor guión. Totalmente bien entregado. Nacho deja claro en Salomón que ha aprendido mucho sobre el sacrificado oficio del guionista, sobre cómo dar la vuelta a los convencionalismos y tratar un tema, que parecía más trillado que el destape, de una manera que ya querrían muchos cortometrajistas y también largometrajistas. Por otra parte, me acordé mucho de aquellos días de agosto en Albarracín, cuando me contaba lo mal que lo había pasado y cómo había tenido que renunciar a tanto. Quizá, en la realización es donde más se resienta eso, pero el guión de Nacho, construido como los raíles de una locomotora, te lleva hasta el final como un tiro. Además, Txema Blasco y Emilio Bualé se comen la pantalla. Hay mucho oficio en la dirección de actores, hay unos objetivos claros y una puesta en escena firme impuesta con tino por su director. No sé si tenía en mente El padrino para la escena de las fiestas del pueblo, pero ciertos pasajes de la boda en la película de Coppola, me vinieron a la mente irremediablemente en Salomón. Nacho ha aprendido un montón desde Rastro y, para quien haya visto Salomón, mis palabras sobran.

Además, la proyección fue en HD, lo cual fue una auténtica suerte y delicia, aunque mi única objeción vaya para la fotografía, la cual no entendí, aunque seguramente es que no era mi día (y tenga que verla de nuevo), ya que Fran Fernández siempre ha destacado por hacer cosas fabulosas. A todo esto, sumémosle que entre la gente a la que Nacho advirtió con lágrimas en los ojos, aunque no se lo crea y no me viera, estaba yo. Reteniéndolas, pues esa línea de Txema Blasco “si lo ves, dáselas”, funciona a la perfección.
Lo que más me gusta de Salomón es que triunfa donde otros acercamientos al mundo rural, xenófobo, hermético y endogámico, fracasan. Muchas otras visiones de ese tipo son absolutamente reaccionarias y la de Nacho es totalmente innovadora y esperanzadora. Espero que así lo sepan ver los jurados, tan anclados en la ranciedad.

Enhorabuena a todo el clan Lasierra porque sé que sufristeis como demonios haciendo este proyecto que, muchos de los que presumen de hacer cortos, querrían haber hecho. Es una suerte que podamos verlo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, Pablo. ¡Qué voy a decir!.
Parafraseando el poema del otro día:
"Sin palabras, amigo, es como tu me entiendes".
Simplemente Gracias, con mayúscula. Gracias por tus palabras, por tu sinceridad y me alegro un montón que la historia te llegase a emocionar. Como tú sabes, el sufrimiento de un rodaje es algo que se asume, pero saber que luego el resultado llega al espectador, alivia ese esfuerzo (a veces casi sobrehumano). Sabes que valoro tu opinión enormemente, se que has visto mucho cine, has leido mucho cine y amas el cine. Así que gracias por tus palabras. Son un aliento para seguir adelante. Aunque amar el cine es algo más que hacer cine.
Besos.

Aragüés dijo...

Yono lo podría haber dicho mejor, eso sí que me ha dejado revolucionado. Amar el cine es mucho más que hacer cine.

Nacho dijo...

No puedo sino agradecerte enormemente todo lo que dices en este post Pablo.

Si tu te emocionaste en el corto, reconozco que has logrado algo parecido conmigo en estas lineas. Menudo cabron! jeje.

Puedo asegurarte que la frase que mas me ha llegado es en la que dices que me consideras un amante del cine. Es todo un halago. Porque como bien dices, se que tu tambien lo eres. Y espero que podamos seguir compartiendo largas discusiones, charlas, cervezas y visionados en el futuro, junto a algunos mas, que al igual que tu y que yo, tienen plena devocion por el septimo arte. La verdad, fue toda una alegria verte el otro dia en el estreno y mas aun que te gustara.

Como dice eo, son un aliento para seguir trabajando y seguir mirando hacia el futuro. Espero que tu tambien pronto recuperes ese aliento cinematografico necesario para hacer cine, que tarde o temprano seguro que volvera.

Compartimos una vision...la de que el cine deberia servir para unir, no para separar.
Mil gracias.

Nacho dijo...

Que no haya acentos en mi teclado para acentuar las palabras...eso es otra cosa...

Aragüés dijo...

Perdonado por los acentos. Mi aliento cinematográfico existe y existirá, solo que de otro modo... Mucha suerte para la andadura de tu corto y recuerda, por muchas pedradas que te pgeuen - y más importante - QUE TE PEGUES TÚ MISMO, no desfallezcas.