Ayer, volviendo a mi casa sin meterme con nadie. Un tío se acerca y me suelta: "Si no llevas la camiseta de España, te damos de hostias". Yo le digo que me deje en paz y el muy bastardo se va a buscar a su colega. Por supuesto, no tiene huevos a pegarme él, tiene que buscar al que me saca dos cabezas.
Sin pestañear ni preguntar si quiera, el tío me atiza un puñetazo que logro esquivar en parte y desviar del ojo - donde iba dirigido - al pómulo derecho.
Por suerte, la cosa no llegó a más. Hoy el golpe molesta pero no duele. Lo que duele es la estupidez de un país.
Otro argumento más para que si ya odio el fútbol, lo odie más. Y otro argumento más para NO sentirme español. Por muchos partidos que ganen de pura chorra.
¡Menos fútbol y más violencia callejera tendría que haber: gente rompiendo los escaparates de El Corte Inglés y saqueando el Banco de España!
1 comentario:
que raro lo q contas... no sabia q habia tanto fanatismo ahi... aca en argentina, es mas o menos lo mismo ja... salu2...
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