martes, 25 de noviembre de 2008

London Crawling (vol. 2)

Cuando aterrizamos en Londres, no sabíamos donde íbamos a dormir. Estaba claro: no teníamos dónde caernos muertos. Mis amigos ingleses estaban fuera y allí estábamos, dos chavales de Zaragoza haciendo frente al duro invierno londinense. ¡Mierda, cojones! Es un increíble como las chicas inglesas se enfrentan a la fría noche. Visten minúsculas minifaldas, muchas de ellas sin siquiera llevar medias. ¡Así se enfrentan al mundo! Las piernas ni siquiera se les ponen rojas. Para un entusiasta de las piernas es sin duda un complejo espectáculo, no sabes si te gusta o te congelas de frío ajeno.

Finalmente, Nico y Cris nos acogen en su casa. Son una pareja de Zaragoza que están en Londres buscando aventuras, famas, fortuna y gloria. Gente maja. De puta madre.

Álvaro y yo dormimos en el suelo como dos lirones. Claro está, que con la cantidad de cerveza trasegada es imposible no dormir. El primer día fue un calentamiento de motores, algo que presagiaba lo que vendría los días siguientes. La pequeña jam session del Troy (aunque suene a antro gay, no lo es), uno de los bares con aspecto clandestino de Old Street. El saxo tenor no hacía más que querer acaparar todo  por eso, sale tan bien en la foto.

Pero nunca hay que olvidar el Objetivo. La Responsbailidad Básica. Yo estaba ahí para hablar con los Saxon y conocer a Motörhead. Y ambos montaron un show como el que ojalá se apreciara en la foto.
Tras el bolo, fiesta privada y luego fuimos al hotel a cerrar cosas sobre su videoclip Batallions of steel. No sé por qué le hice la foto al baño de Biff. Pero me encantó el radiador.
Objetivo cumplido. La mayor parte de la reunión se desarrolla en la puerta del hotel. Un Grand Luxe pijo de Kensington. Thomas lo prefiere así, porque de ese modo puede fumar sin que Biff le machaque. Fijamos un presupuesto, fijamos unas fechas de preproducción y scouting de localizaciones (semana del 10 de diciembre), fijamos una fecha de rodaje (8,9 y 10 de enero). Las cosas empiezan a estar claras. Lo rodaremos en la costa, cerca de Brighton. Allí hay un castillo que está muy bien y algunos exteriores la mar de majos. Los Saxon ensayan allí antes de enganchar con su nueva gira. Luego suben a Escocia, así que es posible que rodemos también cierto material en Glasgow. El disco sale en enero, el videoclip tiene que estar listo a finales de febrero. Thomas me da una copia del disco. Rectifica: "Espera, vamos adentro y repartámosla a los chicos. Estaría feo que tú la tuvieras antes que ellos". Claro, Thomas. Se hace el reparto. Me lo dan antes que a Biff incluso, ja ja ja. lo escucho. Joder, jevi jevi. 

Luego hablamos con su agente. Es el mismo de otros grupos, incluido Coldplay. Viste una americana de piel de vaca y lleva esposado un maletín con algo más misterioso que el contenido del de Pulp Fiction.

Luego, en un pub, me encuentro al Captain McKedrick. Superviviente de la Segunda Guerra Mundial, veterano de guerra que sale cada noche a pasear y a tomarse su pinta de Guinness, absolutamente uniformado. 84 años. Joder. Pilotaba bombarderos.
A la mañana siguiente, desayuno con Thomas y solucionamos todo el papeleo. También el necesario para que Perceval se incluya en el dvd del próximo disco. Aparece John Hopkins, un buen amigo de Thomas. Era el manage de Crowded House y otros grupos australianos. Hoy día distribuye películas. Thomas le cuenta cositas de Perceval. A John le encantan. Quiere ver la película. Quiere la película. Hoy, de vuelta en España, ya está en el correo.

Y yo aquí, en Madrid, montando Las 5 muertes de Ibrahim Gonsález, no puedo concentrarme con el cartelón que me han puesto en plena Gran Vía. Ahí, en frente, bien pa joder...

Por cierto, es muy posible que el videoclip sea en 3D.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Cineastas gitanos

Una vez acabado el rodaje de Las 5 muertes de Ibrahim Gonsález ¿qué toca? Pues qué va a ser, montar. Montar unas 25.000 fotos, de las que, claro está, no todas valen por lo que para cada plano hay que seleccionar no sólo la toma buena sino las fotos buenas de la toma buena y, a veces, la toma buena y las fotos buenas no coinciden... En resumen, una movida que no recomiendo a nadie.

Una vez finalizada la etapa bustamantiana me veo de nuevo vagando por las calles, tal es así, que mis buenos amigos de Regan & Velasco me han acogido en su oficina de la Gran Vía para dejarme montar el cortito, contando con la inestimable ayuda de mi colega y rata, Víctor Berlin. Es lo que tiene ser un cineasta gitano, aunque ya me gustaría a mi ser eso o algo parecido. Otros vendrían con el rollo de "patente de corso". Sí, ya. Cómo si estuviera el horno para bollos. 
Estás son las vistas que ofrece la sala de montaje por la noche, de nuevo dentro, al otro lado de la pantalla, nos encontramos situaciones como ésta:

La semana que viene iré a Londres a cerrar todo el tema del videoclip de los Saxon - que quieren rodar en un castillo de Escocia, hostias y espadazos incuidos - de paso conoceré a los Motörhead y rodaré una parte de Cogiendo el ritmo en Picadilly Circus y el Soho. Este corto, el tercero de la trilogía hecha con la técnica del shot-motion, se terminará de rodar en Madrid antes de Navidad. El primero, Ne pourrais échapper de tes fantômes, está actualmente en las sabias manos de Sergio, con lo cual estará mezclado dentro de poco y lo subiré a esta humilde página. De momento, también firmaré los papeles con la discográfica de los Saxon en Londres, ya que Perceval está confirmado dentro del disco disco-dvd de los Saxon. Y con eso, un poco de tristeza invernal y esta foto os dejo y vuelvo al montaje.

A veces, a los cineastas gitanos se les pasa por la cabeza cosas así. Otras forman parte tan solo de la ficción. Y entre medio, ¿Orson Welles - el más grande cineasta gitano - qué diría de todo esto?

lunes, 10 de noviembre de 2008

3ality

Dejad los que estáis haciendo. Sí, sí. No es coña. Abandonad todo. El futuro está aquí. Corred al cine más cercano. Eso sí, tiene que ser un cine en 3D, pero TENÉIS QUE IR A VER U2-3D. ¡Por lo que más queráis id a verla!

No hace falta ser un seguidor de los irlandeses. Para mí, nunca han sido un grupo por el que haya sentido especial predilección. Sin embargo, en cuanto empieza la película y ves al batería a lo suyo, te quedas de piedra porque... ves perfectamente el relieve de cada plato y cada bombo. Las baquetas se mueven endemoniadas en sus manos... Y claro, sale Bono con eso del "1, 2, 3... 14" y todo se desmadra. Porque no es que parezca que Bono viene hacia ti, es que te parece estar en el escenairo junto a él. Hay tal grado de detalle y de calidad que cuando está pegadito a la cámara y la mira de reojo, te entra hasta un no sé qué por dentro.

En otros momentos, te parece estar entre el público y los planos de la gente son tan tremendamente claros que te parece estar ahí mismo viéndoles el careto.

James Cameron tenía razón. El futuro pasa por esto.

Y a mi se me está ocurriendo algo... que si consigo la pasta para montar el tinglao, ya os contaré qué tal.
Id a verla, en serio.